Nos pasamos la vida esperando que suceda algo especial y cuando ocurre estamos distraídos en cosas «importantes» .
La vida comienza cuando te das cuenta que hay una sola vida, entonces para qué esperar? Y si se te termina cuando cruces la avenida? Y si te falla el corazón? Y si un ACV devasta tu cerebro y te lleva de tour por el cielo y el infierno sin parada en el purgatorio? O te postra en una silla de ruedas? O condenado a «vivir» conectado a un respirador? Y Si mañana Dios se lleva a tu madre, padre o a un hijo? Cuántas veces le dijiste que los amabas ayer? Y hoy? Y mañana?
Los vas a cuidar cual madre a sus críos o los vas a mandar a la remismísima mierda ante el primer enojo? Vas a seguir tratando a los abuelos como un estorbo (si tienen plata capaz que no, obvio.. )? O te vas a dar cuenta que son la sangre de tu sangre y la reserva espiritual que le queda a este mundo miserable? No lo tires a una casa de salud. Poneles una camita de una plaza en el rinconcito más humilde pero digno de tu casa. Asegurales terminar su vida rodeados de felicidad y esperanza aunque su reloj biológico marque que están a centímetros de la caja de madera y algún hijo de puta le tenga pronta la mortaja.
Regalale a tu hijo pequeño una tarde color ámbar juntando caracoles además de comprarle el último smartphone que terminará como forma de pago en alguna boca de pasta base. Saber que vamos a morir es la forma de evitar caer en la trampa de pensar que tienes algo que perder. No hay razones para no seguir tu corazón! Tuviste que sentir miedo a perder a tus viejos por un virus de laboratorio para agradecerles la vida? Y ahora? Estás más preocupado por ser el mejor epidemiólogo del universo con cátedras en Facebook o cocináste un guisito de lentejas y les apareciste de sorpresa una noche de invierno con una bianda caliente?
Estás afiliado a la tesis según la cual la pandemia del Covid-19 es una trama del gran capital y los poderosos del orbe para mantenerte agarrado de los huevos y manejar tu vida? Yo a veces también. Muy a veces. Pero prefiero la sesuda tesis que sostengo desde que llegó el bicho que es bicho pero no es del reino animal. Yo también creo que la China comunista, donde no hay libertad, algún objetivo debe tener con todo esto para eternizar la tiranía.
Pero prefiero verlo como la gran oportunidad, tal vez la única y última, que tiene la raza humana de salvarse como especie si todos escudriñamos en nuestros adentros y brindamos un cachito de amor al prójimo, como el de Jesús en su tiempo, que es el de todos los tiempos. Andá un ratito desenchufado sin tener señal. Buscá a esa persona que algún día heriste o te hirió y ofrezcan un sincero perdón.
Te libera de la ira y te deja mucha paz sabés? Yo sé que estás pensando ahora mismo que este flaco se cree el pastor y es un santurrón que se manda la parte. Soy todo lo que vos quieras que sea. Y más también. Yo también disfruto con locura del sexo como vos y adoro las competencias de orgasmos con ella. Soy humano, terrenal e imperfecto. Como vos. Pero déjame decirte que si el amor no sobra no alcanza y que si vos no cambiás no cambia nada porque no hay vacuna que pueda curar los corazones rotos. No lo hagas por mi que soy un tipo feliz, entre otras cosas porque tengo 3 hijas mujeres maravillosas que le dan sentido a mi peregrinar terrenal.
Hacelo por vos; hacele caso a un gil y si me cruzas por la calle y te pinta dame un abrazo o un beso. No patenté esa vacuna pero por ahí logramos una inoculación masiva. Y no esperes que te lo agradezca en el Instagram .
El roto